Columna de Opinión: Consumo de alcohol y otras drogas en nuestras personas mayores

Rodrigo Goycolea Martinic
Director Magister en Intervención Drogodependencias, UCEN

Se encuestaron 3.503 personas vía telefónica, de 60 años o más, en las 16 regiones del país, entre 06 de abril al 06 de mayo del año 2021.  Estos resultados entregados en el primer estudio nacional de consumo de alcohol y otras drogas en personas mayores año 2021 de SENDA hay varias cosas que destacar.

El estudio 2021 destaca una prevalencia de consumo de alcohol de un 42,6% en un mes, la que es mayor en el caso de los hombres (51,6%) que en las mujeres (34,2%). Entre quienes han consumido alcohol el último mes, un 58,1% declara haberse embriagado en al menos una ocasión. Además, son las personas del tramo etario entre 60 a 70 años quienes declaran una mayor embriaguez (60,1%) en comparación a las personas mayores de 71 y más (53,7%).

Si consideramos el efecto generado por la pandemia y la situación sanitaria del país, no existen grandes cambios. El 66,5% declara consumir la misma cantidad de alcohol desde la llegada del Covid-19, mientras que el 26,7% dice haber disminuido y sólo un 6,8% reconoce haber aumentado su consumo.

También se dio a conocer que otro de los factores que inciden en el consumo de alcohol es el nivel educacional. Respecto de este punto la encuesta observa un uso más intenso en aquellas personas que sólo tienen educación básica (66,4%) y media (65,7%) en comparación a aquellos que cuentan con educación superior (51,3%)

Respecto a las drogas ilegales, la encuesta refleja que las personas de 60 años y más tienen una prevalencia de consumo de marihuana de 2,1%, levemente superior para los hombres (2,4%) que para las mujeres (1,9%). Al considerar la edad como un factor, también se mantienen los niveles similares con un 2,4% para el grupo entre 60 y 70 años y 1,5% para quienes tienen 71 años o más. Al igual que en el alcohol, la pandemia no ha incidido mayormente en la conducta de las personas mayores respecto del consumo de marihuana, donde el 59,6% señala haber consumido lo mismo, el 29,7% dice que ha consumido menos y sólo un 10,7% dice haber aumentado su consumo.

Sobre el uso de otras drogas por parte de personas mayores las cifras son muy bajas, 2% cocaína; LSD (0,7%), pasta base (0,7%), éxtasis (0,6%).

El estudio también consideró el consumo de medicamentos sin receta médica, el que tuvo una prevalencia de consumo anual de 8,9% en las personas mayores. En este caso, las mujeres son las que registran una cifra mayor (9,3%) a diferencia de los hombres (8,5%). Se refleja que a mayor nivel educacional se registra un consumo menor. Por ejemplo, aquellos con educación básica (9,6%), media (9,3%), educación superior (8,3%). Además, su consumo es mayor entre quienes se han sentido tristes (11,6%) en comparación a los que no (7,2%). Es importante resaltar que un tercio de las personas mayores consigue medicamentos con recetas de otras personas y un 24% lo hace en ferias libres o mercados.

Estos datos son muy relevantes ya que primero tenemos datos sobre el consumo de alcohol y otras drogas en personas mayores, por lo tanto se pueden realizar políticas públicas más efectivas, poniendo énfasis en el alcohol, medicamentos sin recetas interviniendo sus causas, ya que el consumo no es recreacional sino principalmente intentar aliviar dolores. Segundo, considerar acciones específicas de prevención de uso de alcohol y otros drogas en personas mayores. Finalmente, información para los cuidadores formales e informales de personas mayores y consideraciones que los sistemas de salud deberían considerar para las personas mayores.

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