Columna de Opinión: TPP11: soberanía amenazada

Por Julio Ñanco y Marianela Molina 

Son tiempos de pandemia en los que se vuelve difícil prestar atención a tantos hechos noticiosos entre tanta desigualdad que ha dejado este escenario en el que nos movemos como ciudadanía. Sumado a esto, las informaciones se dispersan en una contingencia que tiende a ocultar temas esenciales. Si bien la votación del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, conocido como TPP11, no fue puesta en tabla por el Senado cuando Piñera le dio urgencia, debemos estar alertas para que no nos encuentre desprevenidos y desinformados si vuelve a ser considerado para votación. El Tpp11 es presentado como otro Tratado de Libre Comercio (TLC), sin embargo, Chile ya tiene TLC con los diez países firmantes, y solo beneficia a las multinacionales e impactaría transversalmente en el territorio y las formas de desarrollo, obstaculizando futuras políticas públicas.

El Tpp11 no es un tema reciente, sino que ha movilizado a la ciudadanía con diversas acciones desde que fue presentado como un inocuo (y hasta beneficioso) tratado de libre comercio. Por eso nos resulta relevante actualizar estas luchas, porque la memoria es otro modo de resistencia. La comunidad organizada, que en pocas ocasiones tiene la cobertura necesaria en los medios de comunicación, ha realizado actividades desde el 2019. Por ejemplo, el año 2019 se realizaron acciones en el mes de abril desde diversas organizaciones socio-ambientales, sociales y culturales, y personas naturales, presentamos recursos de protección en diferentes Cortes de Apelaciones del país. Estos fueron presentados en contra de los miembros de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara de Diputados y Diputadas, integrada por Matías Walker Prieto, Jorge Alessandri Vergara, Gabriel Boric Font, Juan Antonio Coloma Álamos, Luciano Cruz-Coke Carvallo, Manuel Díaz Díaz, Camila Flores Oporto, Gonzalo Fuenzalida Figueroa, Hugo Gutiérrez Gálvez, Tomás Hirsch Goldschmidt, Paulina Núñez Urrutia, José Saffirio Espinoza y Leonardo Soto Ferrada, por el motivo de haber votado que la aprobación del TPP11 requeriría una votación de quórum simple y no de Ley Orgánica Constitucional de 4/7. Así fue que el 17 de abril de 2019, la Cámara de Diputados y Diputadas aprobó el TPP11 con una votación de 77 votos a favor y 68 en contra. Si hubiera sido una votación de quórum calificado se hubieran requerido 86 votos. Cabe señalar que los diputados por Aysén, Miguel Calisto y Aracely Leuquén, votaron a favor, no así el independiente René Alinco.

Luego, durante el mes de mayo del 2019, más de 40 organizaciones de Aysén entregamos una carta a la senadora Ximena Órdenes y senador David Sandoval, en la que se indicaba cómo afectaría a nuestras formas de vida y de producción la eventual ratificación del TPP11 y exigíamos su voto en contra. En julio de ese mismo año se realizó un plebiscito ciudadano en todo el país, en el que más de un millón de personas dijimos claramente NO al TPP11.

Sin embargo, quienes votaron en la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, el 17 de octubre de 2019, no consideraron la voz del pueblo y, lamentablemente, con tres votos a favor de los senadores Felipe Harboe, Andrés Allamand y Víctor Pérez, el Tpp11 quedó en condiciones de ser analizado en la sala del Senado, sin considerar la discusión en otras comisiones como las de salud, agricultura y trabajo. Mención aparte merece señalar que actualmente, Felipe Harboe, tras renunciar al Senado, es candidato a la convención constitucional por la región de Ñuble.

El TPP11 y la Nueva Constitución son temas relacionados, puesto que con el cambio de constitución queremos terminar con el modelo neoliberal que solo ha empobrecido a las comunidades y ha provocado destrucción de nuestro medio ambiente, y solo ha enriquecido a unas pocas familias del país, sacrificando el bienestar de muchas comunidades. Cabe destacar que esta situación de enriquecimiento ha sido mayor en tiempos de pandemia.

Los tratados de libre comercio han sido funcionales al modelo extractivista y agroexportador. Si este nefasto tratado que poco tiene de comercial, fuera aprobado, nos perjudicaría como Nación, es un acuerdo de las transnacionales para garantizar que sus inversiones en los países firmantes no tengan pérdidas mediante diferentes mecanismos (capítulos de inversión y resolución de controversias). Más grave aún es que el TPP11 reconoce el derecho de los Estados a regular, pero permite que una empresa transnacional demande a Chile por realizar regulaciones públicas que afecten sus “expectativas razonables de inversión”. Esto confirma cómo afectaría directamente a nuestra Soberanía Nacional y explica por qué el Gobierno le pone urgencia de discusión en pleno proceso constituyente.

Hoy más que nunca debemos exigir a nuestros senadores y senadoras que no lo ratifiquen y escuchen a la ciudadanía. Debemos informarnos y difundir.

 

*Escrito por Julio Ñanco (RD), candidato a la convención constitucional por el distrito 27 (región de Aysén), y Marianela Molina (RD), candidata a concejala por la comuna de Coyhaique.