Avanza la Certificación Ambiental 2025: más comunidades educativas se suman al compromiso por la sustentabilidad

 

El Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE) cerró su proceso 2025 con un nuevo hito para la educación ambiental en la Región de Aysén. Este sistema voluntario —implementado en jardines infantiles, escuelas y liceos— busca fortalecer la cultura ambiental desde la comunidad educativa, integrando la sostenibilidad en la gestión institucional, el currículo y el vínculo con el territorio.

“Valoramos y agradecemos el compromiso de las comunidades educativas y nos pone muy contentos la cantidad de establecimientos que lograron su certificación, queremos destacar además que casi el 60% del total de establecimientos de la región tiene algún grado de certificación ambiental, lo que nos llena de orgullo porque la educación está diciendo que el camino es cuidar y accionar por el medio ambiente”, relevó el Seremi del Medio Ambiente, Yoal Díaz.

Durante el año 2025, 42 establecimientos postularon al proceso de certificación tanto para revalidar o ingresar al sistema. De ellos, 40 aprobaron su autodiagnóstico, y 35 completaron la Etapa 3, correspondiente a la entrega del Informe de Revalidación o Expediente de Certificación. Tras la evaluación del Comité Regional, 32 establecimientos revalidaron su nivel y 3 certificaron por primera vez, incorporándose a la red regional del SNCAE.

El proceso 2025 también destaca por la participación de establecimientos rurales, muchos de ellos con trayectorias consolidadas en educación ambiental. La certificación —en cualquiera de sus niveles— no es un premio, sino un camino formativo que instala capacidades impulsa cambios culturales y genera comunidades educativas más conscientes de su entorno.

De los establecimientos que participaron del proceso, la escuela Valle de la Luna de Ñirehuao, alcanzó el nivel de excelencia, el profesor encargado del comité ambiental de la Escuela, y también  del proceso de Certificación SNCAE, Pablo Venegas, declaró que  “Como establecimiento nos sentimos muy contentos y satisfechos por todo el trabajo que realizamos como comunidad escolar, participamos todos, los estudiantes, docentes, el centro de padres, y así también otras organizaciones como juntas de vecinos, jardín sobre ruedas, posta de salud rural, Conaf y recicla Aysén, entro otros”, detallando que para conseguir la certificación  enfocaron su gestión en actividades de cuidado y concienciación medioambiental: como reforestación con especies nativas, campañas de cuidado de recursos energéticos, manejo de residuos reciclables y actividades de difusión ambiental  “Esperamos no dormirnos en los laureles con este logro, sino que continuar con el trabajo de difusión y promoción del cuidado medioambiental, extender nuestras redes colaborativas y reforzar el sello ambiental conseguido”, agregó.

Estos resultados reflejan el trabajo permanente de comunidades educativas que integran prácticas como gestión de residuos, uso eficiente del agua y la energía, protección de la biodiversidad y aprendizajes contextualizados al territorio. El acompañamiento técnico de la Seremi del Medio Ambiente y el trabajo del Comité Regional —integrado por JUNJI, Integra, CIEP, SLEP, PAR Explora, CONAF y la Seremi de Educación— permiten articular un proceso sólido, participativo y coherente con los desafíos socioambientales de Aysén.

La diversidad del territorio de Aysén hace que cada establecimiento recorra este camino desde su propia identidad: algunos fortalecen la participación comunitaria, otros integran contenidos ambientales al currículo o desarrollan proyectos con organizaciones locales. En todos los casos, el SNCAE actúa como un marco que ordena, orienta y da proyección.

La Seremi del Medio Ambiente hace un llamado a que más establecimientos educativos de la región se sumen a este sistema voluntario, que permite fortalecer capacidades, promover la corresponsabilidad ambiental y avanzar hacia comunidades educativas comprometidas con el futuro de sus territorios, “el SNCAE está abierto a todos los niveles educativos y es una herramienta concreta para impulsar cambios reales desde la escuela hacia la comunidad, porque la educación ambiental no se enseña: se vive”, concluyó Yoal Díaz.