3 de marzo «Día de la fauna silvestre»

El 20 de diciembre del 2013 la ONU decide proclamar el día 3 de marzo como el Día Mundial de la Vida Silvestre en conmemoración al aniversario de la aprobación de la  Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en el año 1973, con el objetivo de sensibilizar a la población mundial acerca del valor, aportes y beneficios de la fauna y flora silvestre.

Este día nos brinda la ocasión de realzar la importancia de cada especie dentro del entorno natural donde se encuentra, su existencia e interacción hace posible la vida en el planeta, y por su puesto nos sostiene como humanidad.

Los animales y plantas silvestres además de su valor intrínseco, contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, educativos, sociales, científicos, económicos,  culturales, recreativos y de bienestar humano y al desarrollo sostenible.

 

Este año, el Día Mundial de la Vida Silvestre se celebra bajo el tema: «Recuperar a las especies clave para la restauración de ecosistemas» con el fin de crear conciencia sobre el estado de las especies silvestre en peligro y en peligro crítico y resaltar el poder de los esfuerzos de conservación alrededor del mundo, con el objetivo de apoyar la restauración de sus hábitats y ecosistemas, promoviendo un uso sostenible por parte de la humanidad

Esto se ajusta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas 1, 2,12, 13, 14 y 15, y a sus amplios compromisos de aliviar la pobreza, asegurar el uso sostenible de los recursos y conservar la vida en la tierra.

El ODS 15 se centra en detener la pérdida de biodiversidad  a través de “Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, detener la pérdida de biodiversidad”

Nuestra región de Aysén, posee un importante patrimonio natural y cultural, albergando una variedad de ecosistemas tanto terrestres como marinos con las especies que lo conforman. En los ecosistemas terrestres encontramos bosque (caducifolio y siempreverde), zona de matorral, praderas, turberas, humedales, estepa patagónica y glaciares,  albergando diversas especies de anfibios como la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii), mamíferos como nuestro heráldico huemul (Hippocamelus bisulcus), reptiles como las desconocidas lagartijas que alberga la estepa, aves  como el carpintero negro (Campephilus magellanicus) e invertebrados como la cantárida (Chiasognathus grantii).

En cuanto a los ecosistemas marinos presente en nuestra región, estos conforman ecosistemas únicos para una gran diversidad de especies, albergando una alta densidad de peces y crustáceos, aves marinas como los albatros y cormoranes, mamíferos emblemáticos como la imponente ballena azul (Balaenoptera musculus), y el delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia) el único mamífero marino endémico y diversos hábitats como praderas de macroalgas como el huiro  (Macrocystis pyrifera) y coloridos arrecifes de agua fría.

Este patrimonio nos llama y recuerda la necesidad de conservar y proteger para que las generaciones actuales y futuras puedan gozar y beneficiarse de la vida silvestre. Para ello tenemos que contrarrestar los múltiples factores de amenazas que poseen, tales como la degradación y fragmentación del hábitat, deforestación,  introducción y expansión de especies exóticas invasoras, caza furtiva y pesca excesiva, contaminación, atropellos de fauna, tenencia irresponsable de mascotas, entre otros.

CONAF hace un llamando a cuidar y conservar el bosque nativo, realizando un uso sustentable de este ecosistema, como también a resguardar el patrimonio natural y cultural que albergan las 19 Áreas Silvestres Protegidas que posee la región a través de la interacción respetuosa con la naturaleza, evitando los incendios forestales, no ingresando con mascotas, entre otros,  la vida silvestre depende de nosotros, pero nuestra subsistencia depende de ella, respetémosla.