Campaña en Aysén busca generar conciencia sobre salud mental de adolescentes post pandemia

  • Organizaciones Paralelo 47 y Pulso Austral, realizaron en Coyhaique el proyecto «Espacios de Encuentro para Promover la Equidad de Género y la Salud Mental de Niñas Adolescentes», para sobrellevar las consecuencias de la pandemia en su salud mental y el aumento de los niveles de violencia de género.
  • A través de gráficas lúdicas y cercanas, en la campaña se invita a las jóvenes a generar redes con sus compañeras, buscar espacios de confianza, pedir ayuda cuando la necesitan y encontrar recursos en sus propias comunidades. 
  • «Buscamos sensibilizar a la comunidad Coyhaiquina respecto a la forma en que las niñas quieren ser consideradas y tratadas, comentó Cecilia Moura, Directora Ejecutiva Organización Pulso Austral.

No es un secreto que la pandemia y cuarentenas tuvieron efectos graves en la salud mental de toda la población, en especial de los niños, niñas y adolescentes, quienes en plena etapa de desarrollo, vieron interrumpidas sus rutinas escolares, sus amistades y sus vidas cotidianas. Las niñas adolescentes son parte de los grupos más duramente golpeados por la pandemia, quienes hoy muestran los estragos causados en salud mental y el debilitamiento de redes.

 

Buscando abordar esta situación, en el marco del concurso Chile Compromiso de Todos y Todas, Segundo Semestre 2021, del Ministerio de Desarrollo Social, las organizaciones Paralelo 47 y Pulso Austral, realizaron en Coyhaique el proyecto «Espacios de Encuentro para Promover la Equidad de Género y la Salud Mental de Niñas Adolescentes».

En ese contexto, se hicieron una serie de encuentros con alumnas de los liceos Josefina Aguirre Montenegro y Diego Portales, para conversar abiertamente de violencia de género, autocuidado, salud mental en pandemia, igualdad de género, entre otros temas definidos por ellas mismas.

 

El objetivo del proyecto fue aumentar la red de apoyo de las adolescentes mujeres que asisten a educación media en Coyhaique, para sobrellevar las consecuencias de la pandemia en su salud mental y el aumento de los niveles de violencia de género.

Sobre la campaña

La campaña, que será difundida por redes sociales, busca generar conciencia sobre la importancia de participar activamente en la promoción de salud mental de las adolescentes.

 

A través de gráficas lúdicas y cercanas, se invita a las jóvenes a generar redes con sus compañeras, buscar espacios de confianza, pedir ayuda cuando la necesitan y encontrar recursos en sus propias comunidades para recuperarse de las consecuencias de la pandemia. Cuidar y querer su cuerpo, y cuidar lo que digo de los demás.

 

 

 

«Buscamos sensibilizar a la comunidad Coyhaiquina respecto a la forma en que las niñas quieren ser consideradas y tratadas. A veces los adultos no ponemos suficiente atención cuando ellas nos cuentan un problema o nos comparten algo que les interesan. Y en parte la campaña se trata de hacer visible lo importantes que son algunos temas para ellas, como por ejemplo, todo lo relacionado con el propio cuerpo, o lo doloroso que son algunos comentarios y opiniones para ellas» comentó Cecilia Moura, Directora Ejecutiva Organización Pulso Austral.

 

Los resultados del proyecto

Los resultados de las conversaciones con las alumnas de los liceos de Coyhaique, se centraron en dos temas principales que preocupan a las adolescentes: la relación con su cuerpo y las consecuencias de la pandemia en su autoestima y seguridad en entornos sociales.

 

Durante los grupos de discusión, las participantes dicen que en general se sienten cuestionadas permanentemente por cómo se ven y por cómo se visten. Esos cuestionamientos son tanto de pares como de adultos, como papás, mamás o abuelas. Este tipo de comentarios afectan su autoimagen y la manera en que ellas creen ser percibidas por los demás.

 

En muchas ocasiones, comentarios y juicios negativos respecto a sus cuerpos y su ropa son interiorizados. Las participantes dijeron sentirse inseguras, transformando los mensajes recibidos en voces internas que les dicen permanentemente que se ven mal, o piensan que los demás están comentando cosas sobre ellas.

 

Por otra parte, las niñas también hablaron de las convenciones sociales sobre qué tipo de ropa tienen que usar respecto a su tipo de cuerpo, y también lo qué es o no apropiado según género. En general, las participantes preferirían estar libres de normas sociales que les impongan formas de actuar, verse y vestirse. En ese sentido, las participantes destacan que son muchas veces otras mujeres las que más critican y opinan, aunque los pares hombres también son amenazantes.

 

 

Los grupos de conversación fueron muy importantes para compartir estas experiencias y encontrarse con otras que estuvieran enfrentando sentimientos y situaciones parecidas, formando redes y entregándose apoyo mutuo. De otra manera, las inseguridades y miedos se viven en soledad. Al respecto, la confidencialidad de los grupos, así como el clima de confianza y seguridad fue un aspecto destacado por las niñas. Tal como comentó una participante:

 

«Logré desahogarme. Me confié que nadie va a decir lo que hablamos o lo que dije. Me sentí cómoda»

 

Otro aspecto importante del proyecto tuvo que ver con la posibilidad de que los grupos se centraran en una agenda de conversaciones diseñada y mantenida por las niñas. Por ejemplo, un tema relevante para ellas tenía que ver con la menstruación, al que le dedicaron más sesiones. Tal como ellas explicaron, la menstruación es un aspecto que ocupa un lugar muy importante en sus vidas, afectando su desempeño escolar, su relación con los pares hombres, su afectividad y su experiencia cotidiana. Siguiendo el espíritu del proyecto, se pudo dedicar el tiempo necesario a una conversación guiada por ellas sobre este tema y las implicancias en su vida diaria, en un espacio seguro, separado de los pares hombres. Al mismo tiempo, los encuentros sirvieron para que niñas de los mismos liceos con distintas edades también pudieran relacionarse entre ellas, por ejemplo, participantes de cuarto medio invitaron a niñas menores a que las fueran a buscar a sus salas si es que necesitaban ayuda, como por ejemplo toallas higiénicas.

 

 

¿Qué podemos hacer los adultos?

Según la directora técnica del proyecto, la psicóloga doctora en psicología comunitaria, «Es muy importante que las niñas sepan que queremos escucharlas, las cosas que les gustan y les interesan, en vez de hacerlas sentir como que sus vidas no son importantes, que es la experiencia que ellas suelen tener cuando hablan con los adultos. Con eso podemos promover una cultura más respetuosa y cariñosa con las niñas. Con esta campaña también queremos hacer visibles sus necesidades y sus opiniones al resto de la comunidad».