Richard Tocol: Ejemplo de esfuerzo y perseverancia para alcanzar el sueño de la casa propia

Todo un ejemplo de esfuerzo y perseverancia es lo que representa el joven trabajador independiente Richard Tocol, quien a sus 30 años se hizo cargo de sus dos hijos y asumió el gran desafío de obtener su casa propia, pensando siempre en otorgar una mejor calidad de vida, un mejor presente y un mejor futuro a sus seres queridos.

Tras conocer su caso, la Seremi Paulina Ruz le otorgó mediante asignación directa un subsidio de arriendo y luego otro para adquirir una vivienda, tarea muchas veces compleja atendiendo los elevados precios de los inmuebles en la región.

Sin embargo, con su certificado en mano Richard no se quedó esperando que llegara una oportunidad y comenzó de inmediato una incansable búsqueda que, si bien, muchas veces no tuvo positivos resultados, finalmente rindió los frutos en la localidad de Villa El Blanco. “Bueno, mi motivación número uno son mis hijos. Como les decía, yo me hice cargo de ellos y de ahí en adelante mi vida cambió porque tenía dos personas que mantener a diario y no podía mostrarles debilidad, porque si no ellos no iban a estar bien. Si yo no estoy bien, ellos no están bien. Es la prioridad número uno y lo que me motiva. Cuando me otorgaron el beneficio obviamente me puse al tiro a buscar porque yo necesitaba tener un lugar estable para los niños y se dio la oportunidad rápido creo yo, y había que ponerle empeño nada más para poder lograr el objetivo que era tener nuestra casita”, contó.

No obstante, cuando se dio la oportunidad, el monto del subsidio era insuficiente para cubrir el costo total de la vivienda, ante lo cual Richard recibió algo de ayuda de sus padres y centró todos sus esfuerzos en ahorrar diariamente parte de las entradas que obtiene por su trabajo vendiendo comida, hasta completar la meta. “Sí, o sea, igual el aporte que me faltaba para completar el total, en parte lo fui juntando y fui teniendo la ayuda de mis padres. Ellos me han apoyado durante todo el tiempo. porque igual ven el crecimiento de los niños, los ven que están bien y para ellos no se trata solo de dinero, ya que ellos lo hacen por amor y por una buena causa”, afirmó.

Sin duda Richard es un ejemplo para quienes esperan que todo llegue sin esfuerzo, que bajan los brazos ante las dificultades y que muchas veces llegan a renunciar a un subsidio habitacional por no encontrar rápido una solución que cumpla con sus expectativas. “Es que, si las personas no se motivan a hacerlo, nadie lo va a hacer por ellos. Yo le podría decir que trabaje el doble, no sé, que busque una manera de conseguir más dinero. Pero si ellos no lo hacen, van a estar siempre reclamando de que no se puede, no se puede. Pero uno es quien tiene que velar para que se pueda, si no lo hace uno, no lo hace nadie. El mensaje sería que se motiven por ellos mismos, por su alrededor, por sus hijos, para poder lograr su objetivo. Que encuentren algo que realmente los motive para seguir luchando por tener una casa”, señaló.

Tras visitar a Richard en Villa El Blanco, la Seremi Paulina Ruz, destacó el caso como un referente en cuanto a la constancia y al cambio que se quiere lograr en la vida de las familias. “Este caso es digno de comentar. En su momento a Richard se le entregó una asignación de arriendo a raíz de un grave problema familiar que atravesaba. Posteriormente se le entregó un subsidio para compra de vivienda, donde el monto no alcanzaba, pero él tenía ahorro y gracias a ese ahorro pudo comprar su vivienda en el sector de El Blanco, tener su emprendimiento y vivir con su familia. Esto es muy loable, ya que finalmente el Estado entrega beneficios a personas que lo necesitan, pero también se valora que ellas tengan ahorro para poder completar este subsidio y alcanzar un monto mayor. Esperamos que tanto Richard como su familia tengan una hermosa vida en su en su nuevo hogar y también agradecer a la concejala Yorka Cheuquian, ya que los nexos iniciales de este caso social se realizaron a través de ella”, manifestó.

Es así como hoy el joven padre Coyhaiquino ya tiene su casa propia en Villa El Blanco, allí ejerce su oficio y vela incansablemente por el bienestar de sus hijos, laborando con esfuerzo, como siempre, pero hoy con la certeza de que ya pueden vivir el presente y mirar al futuro con mayor tranquilidad y optimismo.