Columna de Opinión: Rompiendo el micromachismo cultural

Magaly Garrido
Académica Trabajo Social U.Central

El reciente caso de apología a la violencia de género por parte de un diputado de la república, Sr. Gaspar Rivas, ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de abordar el concepto de micromachismo cultural en nuestra sociedad. Es esencial que comprendamos y nos eduquemos sobre este tema, para erradicar de una vez por todas los comentarios discriminatorios y actos de violencia que perpetúan desigualdades de género.

El micromachismo es un comportamiento que se cree sutil pero que es violento y significativo, el cual tiene sus raíces en creencias y actitudes culturales que promueven la superioridad masculina sobre la femenina. Se trata de actos discriminatorios que, en ocasiones, se presentan de manera encubierta en diversas situaciones de nuestra vida cotidiana. Aunque a veces puedan parecer insignificantes, estas acciones contribuyen a mantener una sociedad que avala y normaliza las desigualdades y violencia de géneros.

Debemos entender que el micromachismo es mucho más que un simple comentario o chiste sexista. Es una creencia profundamente arraigada en nuestra cultura que, en última instancia, fomenta la inequidad y perpetúa estereotipos dañinos. Reconocer la existencia de estos hechos nos permite abordar el problema de manera consciente y tomar medidas para cambiar nuestras actitudes y comportamientos.

Para lograr un cambio real es fundamental fomentar la educación y el diálogo sobre estos temas desde edades tempranas. Esto incluye tanto a instituciones educativas como a los medios de comunicación y líderes políticos, quienes deben asumir un compromiso en la promoción de la igualdad de género y el respeto a los derechos humanos de todas las personas.

El micromachismo cultural es un obstáculo que debemos superar si deseamos construir una sociedad justa y equitativa para todos y todas. Tomar conciencia de su existencia y actuar en consecuencia nos permitirá avanzar hacia un futuro en el que todas las personas, independientemente de su género, sean valoradas y respetadas por igual.