Columna de Opinión: «Sobre la gestión del fomento agropecuario en Aysén.»

Felipe Henríquez Raglianti
Ex Seremi de Agricultura
Director OGANA AG.

 

Mientras el invierno se prolonga y la nieve cubre los campos, nos enfrentamos al desafío de proporcionar forraje a nuestro ganado. Para quienes todavía necesitan adquirirlo, los costos resultan abrumadores. Al comenzar esta temporada, al igual que en el año pasado, los efectos de la inflación se hicieron evidentes, afectando el precio del forraje, pero también otros insumos y gastos de producción, como el combustible, los fertilizantes y los fletes, por mencionar algunos.

 

Los productores de diversos tamaños, que asumen sendos costos debido al aislamiento regional, se ven obligados a lidiar con esta situación, esperando que herramientas de apoyo, como subsidios, puedan ayudarlos a competir y aportar en la seguridad alimentaria. Sin embargo, más que simplemente recibir bonificaciones, necesitan apoyo que impulse sus actividades productivas y reactive la economía regional. En este sentido, el programa de incentivo a la recuperación de suelos degradados (SIRSD) resulta fundamental. Este programa no solo mejora los suelos y contribuye al medio ambiente al prevenir la erosión, sino que también fomenta la contratación de consultores y asesores técnicos, contratación de servicios de maquinaria agrícola, servicios de transporte de carga. Además, impulsa el comercio, generando oportunidades de empleo y apoya la contratación de mano de obra, entre otras externalidades positivas para la sociedad.

 

Diversas organizaciones rurales y productivas hemos instado a las autoridades regionales y nacionales a asignar más recursos a los concursos SIRSD. Solicitamos que se sumen fondos regionales del FNDR a los recursos proporcionados por el Ministerio de Agricultura a través de sus servicios SAG e INDAP. Lamentablemente, la gestión nos ha demostrado presupuestos inferiores a los históricos. Además, los compromisos asumidos por el Gobierno en cuanto a las asignaciones proyectadas y prometidas para 2023 no se han cumplido, lo que genera una sensación de desatención por parte de las instituciones y sus representantes.

 

Hace unos meses, la organización gremial a la que represento fue convocada a una presentación, en la que el SEREMI de Agricultura de Aysén comprometió la asignación de fondos FNDR para complementar los presupuestos del programa SIRSD. Aunque llegó tarde, esta medida fue valorada por quienes participamos en esa instancia. Sin embargo, el hecho de que esta noticia llegara más de un año después de haber sido sugerida hace pensar que los recursos podrían no llegar a tiempo para financiar las labores de la temporada 2023-24, es decir vernos enfrentados nuevamente a un invierno con escases de forraje. A pesar de eso, la esperanza generada por este cambio en la actitud de la autoridad ofrecía una luz de mejora. Durante la misma reunión, la autoridad se comprometió con las organizaciones y los asesores técnicos presentes a compartir la propuesta del programa, para que pudiéramos hacer sugerencias y lograr la aprobación de un programa más eficiente. Lamentablemente, este compromiso tampoco se cumplió.

 

Seguimos esperando, que distintos instrumentos de fomento puedan llegar, aunque la decepción en el sector agrícola y ganadero sigue creciendo, pues pese a los anuncios sobre las estrategias para avanzar en seguridad alimentaria que hemos conocido desde el Ministerio de Agricultura, estos no se ven reflejados en acciones concretas que permitan al menos contar con las herramientas a las cuales ya acostumbrábamos y que en parte ayudan, aun siendo insuficientes, a brindar equidad en los costos de producción para poder mantener un sector ganadero competitivo en Aysén.