Para la concejal Lidia Soto Beroiza «este escenario no hace más que acrecentar la situación de desmedro de la comuna, porque a los problemas permanentes de conectividad, hoy sumamos un incremento de las gasolinas que seguirán al alza en las semanas venideras, perjudicando a los más vulnerables y a quienes vivimos en las zonas extremas de la Región de Aysén», explicó.
Kerosene a $1.568 el litro, 97 octanos a $1.540, 95 a $1.500, 93 a $1.457 y Diesel a $1.364. Esta es la realidad que enfrentan los habitantes de Chile Chico, capital de la comuna del mismo nombre, que hoy están sumidos en una preocupación que se suma a los habituales problema de conectividad y que se conjugan con la desatención de respuestas eficientes por parte de las autoridades regionales de Gobierno.
Para la Concejal Lidia Soto Beroiza, el alza se traduce en «un freno para el desarrollo» de la comuna. «Esto nos tiene profundamente desconcertados. Llevamos años con una conectividad lacustre que no funciona y para la que sólo se han recibido medidas de ‘parche’. Sin embargo, ahora el alza de los combustibles representa un fantasma que nos asusta cada semana. Superar la barrera de los $1.000 fue todo un dilema durante el invierno, sobre todos para quienes se calefaccionan a parafina y, ahora, en noviembre superar los $1.500 parece una pesadilla que no va a terminar».
Para la representante de la comunidad, la gran pregunta es «¿Por qué los territorios más aislados de las zonas extremas deben ser los más afectados? Sabemos que hay una situación económica compleja a nivel nacional y mundial, pero la verdadera alerta viene porque frente a todos nuestros problemas, que ya son históricos por su permanencia en el tiempo, no hay una estrategia clara para ayudarnos a sobrellevar de mejor manera la inflación».
«Acá seguimos haciendo patria en pleno Siglo XXI y necesitamos soluciones concretas. Ya en unos días los combustibles seguirán subiendo ¿Qué pasará el 31 de diciembre de este año? ¿Estaremos sobre los $2.000 por litro? Ya está desarrollándose la temporada turística y todo esta industria es vital para Chile Chico, pero súmanos los problemas de la barcaza, caminos prácticamente intransitables, incrementos en los valores de todo, etcétera ¿Quién realmente, de las autoridades regionales, se preocupa de esta situación?», recalcó Lidia Soto.
«Quienes viven en la capital provincial, Chile Chico, tiene la ventaja de cruzar la frontera y cargar combustible en Los Antiguos, Argentina. Sin embargo no todos puede hacerlo, ni hablar de quienes viven al interior: Mallín Grande, Puerto Guadal y Bertrand. Necesitamos una forma de ayudarnos a ver con esperanzo el 2023, por las comunas de Chile Chico, Cochrane, Tortel y Villa O’Higgins», finalizó la concejal Soto Beroiza.
